Dicen
que la adolescencia es una etapa muy difícil. La edad en la que todo
nos afecta. En un principio, ella no creía que eso fuese posible, que
los adultos exageraban. Pero a medida que iba creciendo, lo comprobó.
Los problemas a esa edad eran una tontería, pero significaban un mundo
para cada uno. Lloraban, gritaban, y se ponían de mal humor y apenas
conseguían a alguien que les entendiera, solo a otro adolescente que
pudiera compartir lo mismo. Se pasan media vida quejándose por
problemas, y creen que todo lo peor, les ocurre a ellos.
Pero entonces, el otro día, mientras ella caminaba por las calles, la vio.
Una chica exactamente igual que ella. Menos que tenía una mirada cansada, de piel pálida, con la cabeza cubierta por un simple pañuelo y con una pequeña sonrisa en sus labios.
Ella se había quejado media vida por problemas, por amigos, por novios, por familia.
Aquella chica había sonreído media vida por disfrutarla, sin quejarse ni un momento de su gran y único problema.
No poder vivir lo suficiente.
Christina.
Pero entonces, el otro día, mientras ella caminaba por las calles, la vio.
Una chica exactamente igual que ella. Menos que tenía una mirada cansada, de piel pálida, con la cabeza cubierta por un simple pañuelo y con una pequeña sonrisa en sus labios.
Ella se había quejado media vida por problemas, por amigos, por novios, por familia.
Aquella chica había sonreído media vida por disfrutarla, sin quejarse ni un momento de su gran y único problema.
No poder vivir lo suficiente.
Christina.
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