Su mirada despiadada se
clavó en su rostro como dos largas cuchillas cuyo filo podría atravesar
la más dura barrera que jamás podría haberse construido. Se quedó sin
aliento, el inmortal que se
encontraba frente a sus ojos sonrió.
-Tú no estás llorando por su pérdida. Lloras porque tienes miedo de quedarte solo. Y ese es el peor sentimiento que has podido sentir después de su muerte.
Qué lástima que los seres humanos seáis tan egoístas.
Christina.
encontraba frente a sus ojos sonrió.
-Tú no estás llorando por su pérdida. Lloras porque tienes miedo de quedarte solo. Y ese es el peor sentimiento que has podido sentir después de su muerte.
Qué lástima que los seres humanos seáis tan egoístas.
Christina.