sábado, 23 de febrero de 2013

Retazo 34.

Dicen que el silencio no supone una gran cualidad a destacar en las personas. El silencio es algo frío, distante, se convierte en un obstáculo para expresar esas palabras que se queman en tu garganta, que van consumiendo tu corazón hasta convertirse en la ceniza de los sentimientos ocultos. Sin embargo, él nunca se lo echó en cara, y ella no procuró cambiar esa característica de su personalidad considerada como defecto para muchos. Lo que él necesitaba escuchar de ella, se lo expresaba con alguna que otra sonrisa, una mirada, un gesto, una caricia.

Prefería mil veces aquellos detalles antes que un puñado de palabras vacías o fáciles de repetir.


Christina.

viernes, 22 de febrero de 2013

Retazo 33.

Nuestro silencio ha terminado por alargarse el tiempo necesario, provocando la ignorancia de las nuevas vidas que hemos tomado. Sin embargo, sigo mirándote en ese silencio, en calma y sosiego, sin que tú te des cuenta. Tampoco quiero que te des cuenta algún día. Es más, desearía que jamás llegaras a darte cuenta. Aunque, a veces, sé que tú también me miras, con demasiado disimulo para no delatarte, pero sé que lo haces. No importa si por miedo, odio o inseguridad, no te atrevas a acercarte a mí. Si te soy sincera, yo he dudado muchas veces. Unos días he pensado en gritar tu nombre tan fuerte para que gires tu rostro hacia mí y dedicarte la mejor de mis sonrisas, hacerte sentir esa seguridad que ya perdiste conmigo, tenderte la mano para que no tengas miedo. Pero otras, otras ocasiones me escondo y sigo caminando, sigo dejándote atrás, pero me detengo, y me formulo millones de preguntas cuyas respuestas solo llegarán cuando pase más tiempo.

¿Cogerás mi mano algún día?






Christina.

Retazo 32.

No necesitas fingir ante mí, te conozco, me conoces, nos conocemos. Odio que hagas traición a todos los años en los que me molesté a saber cada mínimo detalle, detalles que te pertenecen, detalles que quizás sólo yo me he molestado a investigar y a considerarlos únicos. Por lo tanto no llego a comprender por qué gastas tus preciados intentos en crear una sonrisa cuyo contenido está vacío y no expresa esa felicidad que tanto alardeas tener. Ahora pensarás que soy un egoísta, que mis palabras te hacen daño. Piénsalo mejor antes de decir esto.

¿No crees que lo único que realmente quiero es que sonrías más para ti que para los demás? ¿Que quiero verte feliz?

Quizás la egoísta eres tú, puesto que mi felicidad depende de la tuya, y si tú caes, yo voy detrás de ti.



Christina.