viernes, 16 de marzo de 2012

Retazo 22.

Las hojas de los árboles caían una tras de otra, anunciando la llegada del otoño. Su color verde había muerto con el paso del resto de las estaciones. El viento, frío pero suave, las balanceaba en un intento de que su llegada al suelo, no fuera tan doloroso. Ella permanecía bajo uno de ellos. Era un  árbol desnudo, sin ninguna hoja que pudiera protegerle, débil. La joven se abrazaba cada vez más a su abrigo, hasta que escuchó una voz que pronunció su nombre, y le vió a él. El encuentro, fue como uno de muchos más que habían tenido. El nerviosismo se presentaba en sus bocas a la hora de hablar, los ojos de vez en cuando se desviaban hacia otro lado, y los deseos que se repetían en las mentes del otro, eran de poder conseguir alzar la mano y entrelazar sus dedos para no separarse nunca más. Pero ninguna de esas cosas había pasado. Ella simplemente, no hizo intentos vanos de evitar su mirada. Le miró directamente a los ojos. Sonreía. Pero no era la sonrisa de siempre. Y él lo entendió de inmediato. Sus brazos se alzaron y rodearon su delicado y pequeño cuerpo, al menos en comparación con el suyo propio. Ella dejó de sonreír. Lágrimas cayeron de sus ojos.


Ahora, ella era el árbol desnudo.
Sus lágrimas eran las hojas muertas del árbol.
Su tristeza era el otoño. 



                                                                         Christina.

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