Los errores, los fallos que te causa la gente dirigidos a ti, esos
fallos que provocan el dolor en tu corazón...no debes interpretarlos
como decepciones. Son lecciones. Aprendí muchas lecciones de diversas
personas que ya no marcan mi día a día. Y si nos disponemos a ser
sinceros, te diré que, lo que aprendí de ti, fue que no nos podemos
permitir comportarnos con egoísmo. Entender que, si una persona quiere
marcharse, hay que dejarla ir. Que el destino ya se encargará del
reencuentro o no, son enigmas de la vida que aún quedan por resolver.
Sólo el recuerdo es el que permanecerá.
Si no es destruido antes. Por supuesto.
Christina.
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